Barquisimeto, 27 Sep. AVN .- El Caimán de Sanare, reconocido juglar popular del estado Lara, se fue en horas de la mañana de este lunes 27 de septiembre, a echar cuentos al mismísimo cielo.
José Humberto Castillo, nombre de pila del Caimán de Sanare, murió en horas de la mañana de este lunes en la tierra que lo vio nacer: las montañas del municipio Andrés Eloy Blanco, cuya capital, Sanare, se encuentra a 66 kilómetros de Barquisimeto.
El trovador, poeta y escultor José Gregorio Peña, conocido artísticamente como Agua Salá, comunicó la noticia: "Murió el Caimán de Sanare", dijo y agregó: "Pero no hay tristeza, porque como dijo él su despedida será con cuentos y cantos".
El Caimán estaba seriamente afectado de salud. Desde hace varias semanas estaba recluido en el Hospital de Sanare, donde era atendido por un grupo de amigos cuenteros.
"Nos toca dar la mala noticia: se nos fue el Caimán de Sanare", escribieron por un portal, abierto desde hace varias semanas para pedir ayudas para el querido juglar larense.
Más adelante aseveraron: "Viejo, tus historias seguirán y como tú mismo dijiste, no hay tristeza. Te llevamos los cuentos y los cantos a tu siembra". Su sepelio será este martes en Sanare con zanqueros, cuenteros y otros artistas.
José Humberto Castillo, El Caimán de Sanare, nació el 3 de Enero de 1937 en Las Rasitas, caserío Palo Verde, del municipio Andrés Eloy Blanco de esta entidad federal, que también forma parte de la Cordillera Andina.
Fue un hombre de muchos oficios, según se recuerda en el libro Retrato hablado de Sanare. José Humberto se desempeñó como vendedor ambulante, jornalero, trabajador de faenas agrícolas y pecuarias.
Además como educador itinerante llevó sus enseñanzas a escuelas, liceos, universidades, pueblos, caseríos y ciudades del país. Era un maestro excepcional del cuento oral y la educación no formal.
Este juglar larense era conocedor y difusor de la cultura campesina, mitos, leyendas y medicina popular, filósofo popular de fecunda y rectilínea historia, uno de los tantos que existen y enaltecen el patrimonio cultural moral y espiritual de nuestro contexto local, regional y nacional.
El Caimán, en una oportunidad, expresó: "Después de la muerte uno vuelve a nacé en otra naciente, en espíritu… cuando yo me despida de este mundo, les pido que me lleven música, cuentos y alegría".
Agregaba en el tono coloquial de sus cuentos: "Lo mío es la alegría, el cuento es la vida. Que vengan to"los grupos, to"las agrupaciones con las que he colaborado, que me despidan con música del folklore de aquí".
Decía sobre su entierro: "Que vayan los niños con flores, que me las tiren ahí, onde me vayan a enterrá, sea onde sea. Ese día puén recordame y echar mis cuentos".
Fuente: Agencia Venezolana de Noticias
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